Año: 2009.
Dirección: Scott Cooper.
Reparto: Jeff Bridges, Maggie Gyllenhaal, Colin Farrell, Robert Duvall, Beth Grant, Sarah Jane Morris, Annie Corley, Tom Bower.
País: Estados Unidos.
Duración: 112 minutos.
Guión: Scott Cooper.
Dirección: Scott Cooper.
Reparto: Jeff Bridges, Maggie Gyllenhaal, Colin Farrell, Robert Duvall, Beth Grant, Sarah Jane Morris, Annie Corley, Tom Bower.
País: Estados Unidos.
Duración: 112 minutos.
Guión: Scott Cooper.
Bad Blake (Jeff Bridges) es un cantante country cuya carrera ya no tiene el éxito que tuvo en el pasado y hoy, a sus 57 años, se gana la vida cantando en lugares de poca monta que su representante le consigue; carga con varios matrimonios fracasados y tiene serios problemas con el alcohol. En una gira conoce a Jean (Maggie Gyllenhaal), una periodista interesada en hacerle una entrevista y que vive junto a su pequeño hijo. Una relación muy especial nace entre ellos; sin embargo el alcoholismo se convierte en un problema para la relación. Por otro lado Bad Blake compondrá una canción para Tommy Sweet (Colin Farrell), un exitoso cantante que está en la cima de su carrera y que lo respeta mucho, pero a la vez representa todo lo que Bad ya no volverá a ser, por lo que siente cierta rivalidad con él.
Debemos comenzar señalando que este es el mejor papel que ese coloso de Jeff Bridges ha representado en toda su carrera. Bad Blake es un hombre alcohólico, fumador y mujeriego que ya no quiere nada con la vida y que llega a lo más bajo de su carrera cantando en bares pequeños y bebiendo incluso antes de subir al escenario. Sin embargo conoce a Jean y su vida cambia radicalmente cuando comienza entre ellos una relación. Maggie Gyllenhall está genial en su papel y la armonía que se da entre ellos es algo que se siente durante toda la historia.
Colin Farrell, por otro lado, hace un papel muy secundario con pocas apariciones, pero sin embargo es curioso verlo haciendo este tipo de cine y lo hizo muy bien, representando al discípulo de Bad Blake, a quien admira y respeta, dándole una oportunidad al pedirle que componga una canción para él, canción que termina siendo el resultado de la relación entre Bad y Jean.
Bad a su vez siente mucho afecto por el hijo pequeño de Jean, quizás como una forma de resarcir los errores que cometió con su propio hijo al ser un padre ausente. Sin embargo por su alcoholismo Jean y el niño salen de su vida, provocando un dolor muy profundo en Bad y llevándolo a buscar rehabilitación. Este drama es sin duda el que más nos conmueve, porque en ellos Bad había logrado encontrar algo de estabilidad y tranquilidad para su atormentada vida.
Otro grande del cine es Robert Duvall, quien personifica a Wayne, el dueño de un bar y amigo de Bad, quien lo apoya en su proceso de rehabilitación.
Todo esto da como resultado una magnífica, emotiva y sencilla historia, que Scott Cooper (para quien es su opera prima) logra llevar a la pantalla logrando mantener en todo momento la humanidad y sensibilidad de los personajes. La música es un ingrediente aparte, ya que es simplemente maravillosa, incluso para quienes no son seguidores de la música country. Con todo esto no queda más que sentarse y disfrutar de este maravilloso trabajo.
Debemos comenzar señalando que este es el mejor papel que ese coloso de Jeff Bridges ha representado en toda su carrera. Bad Blake es un hombre alcohólico, fumador y mujeriego que ya no quiere nada con la vida y que llega a lo más bajo de su carrera cantando en bares pequeños y bebiendo incluso antes de subir al escenario. Sin embargo conoce a Jean y su vida cambia radicalmente cuando comienza entre ellos una relación. Maggie Gyllenhall está genial en su papel y la armonía que se da entre ellos es algo que se siente durante toda la historia.
Colin Farrell, por otro lado, hace un papel muy secundario con pocas apariciones, pero sin embargo es curioso verlo haciendo este tipo de cine y lo hizo muy bien, representando al discípulo de Bad Blake, a quien admira y respeta, dándole una oportunidad al pedirle que componga una canción para él, canción que termina siendo el resultado de la relación entre Bad y Jean.
Bad a su vez siente mucho afecto por el hijo pequeño de Jean, quizás como una forma de resarcir los errores que cometió con su propio hijo al ser un padre ausente. Sin embargo por su alcoholismo Jean y el niño salen de su vida, provocando un dolor muy profundo en Bad y llevándolo a buscar rehabilitación. Este drama es sin duda el que más nos conmueve, porque en ellos Bad había logrado encontrar algo de estabilidad y tranquilidad para su atormentada vida.
Otro grande del cine es Robert Duvall, quien personifica a Wayne, el dueño de un bar y amigo de Bad, quien lo apoya en su proceso de rehabilitación.
Todo esto da como resultado una magnífica, emotiva y sencilla historia, que Scott Cooper (para quien es su opera prima) logra llevar a la pantalla logrando mantener en todo momento la humanidad y sensibilidad de los personajes. La música es un ingrediente aparte, ya que es simplemente maravillosa, incluso para quienes no son seguidores de la música country. Con todo esto no queda más que sentarse y disfrutar de este maravilloso trabajo.